Un día cualquiera, delante de tu blog y preparando la siguiente entrada.
Estás haciendo repaso de como te ha ido el mes.
También de como te ha ido el año.
Y seguro seguro que sientes que estás construyendo algo sin ver a donde vas a llegar.
En este blog he conseguido visitas, unos pocos de suscriptores, pero poca interacción.
Es una sensación de frustación y agotamiento que muchas veces no sabes como afrontarla.
Además todo tu entorno te dice que no vas por la buena dirección, que es una idea loca que discurre por tu cabeza.
Enfrente de mi casa veo por la ventana como unos operarios construyen un andamio para arreglar una fachada.
¿Y sabes qué?
Que a ellos ni les preocupa, solo hacen su trabajo y siguen construyendo.
Es fácil cuando tienes ordenes de otras personas que te dicen lo que tienes que hacer y tu trabajas en ello lo mejor que sabes.
Es fácil esforzarte en algo cuando no tienes que preocuparte de muchas otras cosas que no tienen que ver con tu negocio.
Es fácil no perder el objetivo cuando tienes la tranquilidad de que llegarás a final de mes con el trabajo que realizas.
Por eso cuando trabajas en algo y no ves el resultado de todo el andamio que has ido construyendo, este se puede venir abajo con un simple golpe.
¿Qué hacer entonces?
En estos casos tenemos que analizar, y sobre todo y muy importante, pararnos a pensar, crear un silencio en el que nos podamos escuchar y plantear estos motivos de nuestro fracaso.
Recuerda que pase lo que pase, la culpa no es tuya, simplemente no has trabajado en la dirección correcta y este es el camino que tienes que descubrir.
1. Distracciones
Estamos hasta arriba de distracciones.
El teléfono que antes solo servía para llamar, ahora se ha convertido en un mini ordenador con el que podemos estar conectados con nuestro tio de la conchinchina a cualquier hora.
Vamos al water, y nos llevamos el movil.
Vamos a comprar unas naranjas, y nos llevamos el movil.
Vamos al cine a ver una peli, y waspeamos mientras la vemos.
Vamos a la playa a descansar, y nos hacemos selfies para subirlos a instagram. Luego ya veremos los likes.
Vamos a la montaña, y nos llevamos el movil para grabar la ruta y decir en cada momento donde estamos.
Esto pasa solamente con el movil, pero como emprendedor estás hasta arriba de compromisos, lanzamientos, citas, charlas, eventos, webinars, … y así un sinfín de cosas.
Por lo tanto, ¿Cuando tienes tiempo para pensar?
Al final no es que tengamos que irnos a un lugar retirado tener nuestro tiempo, sino más bien tener unos minutos para que podamos pensar adecuadamente.
Es decir, si estás en un barco mirando todo el día los aparatos de medida, ¿Cómo sabes a donde quieres ir?
2. El Sistema
Este es otro gran problema de cualquier emprendedor.
Convertir algo que te gusta en una forma de vida, no es simplemente dedicarte a ello.
Y buscar un cliente.
Y que te pague por ello.
Y que sea rentable.
Consiste en algo mucho más complejo que cuesta entender con el tiempo.
Es crear un sistema.
Seguro que te acuerdas de cuando aprobaste el examen de tu carnet de conducir.
Estarías eufórico, y con algo de miedo a la hora de conducir un coche.
Con el tiempo vas cogiendo soltura y el miedo se desvanece.
Cuando pasan los años, conduces de manera automática y sabes perfectamente que hacer en cada momento.
Incluso ni te darás cuenta de cuando has metido la marcha, o colocado el espejo retrovisor.
Esto ocurre porque tu cerebro ha creado un sistema, en el que sabe perfectamente que tiene que hacer en cada momento y si ocurre algún imprevisto, te pone alerta para resolverlo lo antes posible.
Pues en un negocio pasa lo mismo.
¿Serías capaz de pasarle a alguien tu negocio y qué siguiese funcionando?
Pues entonces todavía no has creado un sistema.
Tiene que ser algo así como un manual, unos hábitos, y una manera de hacer las cosas para que alguien nuevo pueda entender todo lo que haces.
Normalmente el cerebro tiene una enorme resistencia subsconsciente a realizar cambios y por lo tanto a plantearse proyectos mayores y objetivos a largo plazo.
Esto produce que se centre en pequeñas cosas que le dan placer a corto plazo.
Tu cerebro va a preferir meterse en el watsapp para tener una conversación divertida, que ponerse a escribir un documento para explicar detalladamente como se hace una cosa.
Tu cerebro ya sabe hacer eso, ¿Para qué apuntarlo? el prefiere conocer el nuevo cotilleo del watsapp.
3. El Futuro
Cuando nos planteamos el futuro, y no me refiero a la comida que tengo que preparar, que para que lo sepas hoy toca pavo a la plancha.
Me refiero a objetivos y planificación a largo plazo, entonces actúa nuestro cerebro con toda sus fuerzas paralizándonos.
El problema que planteamos es complejo ya que al planificar el futuro, vemos a otra persona en nuestro lugar.
Esa persona es la que queremos ser con todas las circunstancias que le rodean.
Con esos valores a los que hemos llegado y que hemos conseguido con nuestro esfuerzo.
Pero, ahí está nuestro cerebro provocando una parálisis.
El no quiere cambiar los estándares que tiene.
El no quiere realizar hábitos nuevos para conseguir esos objetivos.
Y todo lo que conseguimos gracias a nuestro cerebro es una gran reacción negativa ante la avalancha de cosas que tenemos que hacer.
¿Por qué hace eso nuestro cerebro?
¿Por qué no vemos cada uno de los pasos y los vamos haciendo?
Pues porque nuestro cerebro quiere que nos bloqueemos como cuando un cervatillo ve una fogonazo en plena noche y se queda parado en una carretera.
Párate cinco minutos y reflexiona acerca de las cosas que quieres, te darás cuenta de que todo se transforma en tu vida cuando consigas todas esas cosas.
Así que tienes que hacerte la pregunta, ¿Estás preparado para conseguir todas esas cosas?
¿Estas preparado para ser esa otra persona?
Si no es así, entonces tu cerebro se resisitirá y aparecerán pegas, problemas, excusas, …
Hay una frase que dice, «Ten cuidado con lo que deseas, por que se puede hacer realidad».
Conclusión
Cualquier cambio que desees realizar en tu vida, como puede ser dejar de fumar, adelgazar, dejar el café, … significa que tienes que cambiar tu.
Si no interiorizas el cambio, no podrás asumir el esfuerzo que va a significar.
No conseguirás resultados y tu cerebro te llevará de nuevo a la casilla de salida.
Así que luego a este comportamiento lo llamarás Fracaso.
Y realmente lo único que te ha faltado es un poco más de persistencia.
¿Has cometido muchos fracasos? Te espero en los comentarios.
Que razón, y efectivamente es un cúmulo de cosas, unas controlables, otras impredecibles y añadiría la circunstancial, es decir estar en el momento oportuno para el ‘reto’ adecuado, pero matizando … estar PREPARADO en el momento oportuno para el reto adecuado.
Asi que a seguir dando guerra !!!..
Un salu2.
Me alegro de que te haya gustado, y tienes razón muchas veces se acumulan circunstancias y situaciones para estar preparado en el momento adecuado. Saludos.